jueves, 29 de septiembre de 2011

El vestidito testigo

Tengo un vestidito desde hace tiempos inmemoriales.
Ese vestidito me acompañó desde mis inicios en la facultad de ciencias económicas, transitó mi noviazgo con mi actual marido, mi luna de miel...en fin...muchos momentos, muchos más de los que recuerdo.
La cosa es que el vestidito subsiste en mi placard...y ahí seguirá.
Existe una razón poderosa para ello. El vestidito, que ya está bastante usadito, sigue ahí porque es el vestidito testigo.
Testigo de mis kilos de más, o de menos.
Siempre me quedó holgadito, y llegada esta época, el vestidito es descolgado y puesto en la intimidad del vestidor, si el vestidito cae, lánguido y maltrecho, sin marcar ninguna forma fuera de su lugar, LISTO !, sale temporada de verano tranquila.
Ahora, si el vestidito tira de algún lado, ajusta donde no debe...medidas urgentes se imponen.
Todos estos años, salvo cuando estuve embarazada, el vestidito cumplió su cometido, y yo también, siempre logré que el vestidito caiga lánguidamente, a veces así, sin preocupaciones, otras, ensaladitas mediante, pero el verano, es pasado decentemente.
Ahora, el día que el cierre del vestidito decida NO subir, les digo, NO SÉ que será de mí !!!!